Limpieza de las piezas a impregnar: no es siempre necesario, pero es imprescindible en los casos en que las piezas estén con virutas, engrasadas o húmedas. Deben limpiarse incluso dentro de los mismos poros, en caso de que hayan sido probadas anteriormente con agua o aceite, para permitir la entrada de la resina. La limpieza se realiza para obtener mejores resultados en la impregnación.
Introducción de las piezas en las cestas: se deben meter de manera que no se rayen las partes mecanizadas y que no se golpeen al girar las cestas.
Técnica de impregnación al vacío.
Se introduce la cesta con las piezas en el autoclave que contiene la resina y se efectúa el vacío (3-5 mbares) durante 10-15 minutos. El vacío extrae el aire de los microporos y a continuación, al poner el autoclave a la presión atmosférica (o a presión), se introduce la resina en ellos debido a su alta capilaridad. La impregnación se puede hacer con vacío húmedo, o con vacío seco/vacío húmedo.Escurrido del sobrante de impregnación contenido en las cavidades de las piezas. Esta fase dura 2-3 minutos. Se realiza para conseguir mejor limpieza de las piezas, y simplificar el lavado.
Es un lavado superficial, con agua fría, para arrastrar la resina que queda en la superficie, roscas, agujeros ciegos, etc., y que no se endurezca en la fase siguiente, dejando sucia la pieza. Dura unos 3 minutos.
Endurecimiento o polimerización de la resina en los microporos. Se hace introduciendo la cesta en una cuba de agua caliente a 90ºC. Esta inmersión se hace durante 10 minutos. También se puede efectuar la polimerización en un horno a 125°C durante 15 minutos.
Una vez frías, las piezas ya están listas para su empleo. El proceso se puede hacer en unos 35-45 minutos, más el tiempo que se tarde en cargar y descargar las piezas en las cestas. Este proceso permite disponer de piezas estancas en una hora.
Utilizamos una técnica de impregnación al vacío.
- Se puede impregnar prácticamente cualquier material.
- El material endurecido en los poros, permanece elástico, no produciéndose ninguna rotura o disgregación, soportando cambios bruscos de temperatura y presión.
- La resistencia a las presiones de la pieza tratada es igual que si no estuviese tratada y no fuera defectuosa.
- Fácil lavado de las piezas, por lo que después de tratadas no queda ningún residuo sobre la superficie, roscas, agujeros ciegos, etc.
- La pieza tratada se puede emplear inmediatamente.
- Ahorro en los costes, ya que los costes de impregnación frente a los de los de nueva fundición y mecanización, son muy pequeños.
- Ninguna dificultad de cumplir los plazos, ya que el tiempo de impregnación es muy corto y las piezas se pueden emplear inmediatamente.
- No se recuperan piezas con grietas, fisuras, agujeros o grandes defectos.
- El tamaño de las piezas a impregnar está limitado por el tamaño del autoclave. Sin embargo, mediante el proceso de presión interior se pueden tratar piezas de cualquier tamaño.
Con el proceso de impregnación se consigue:
- Mejorar la calidad de las piezas.
- Piezas estancas a los fluidos.
- Mejorar los tratamientos galvánicos.
- Evitar retrasos en las entregas.
- Ahorrar nuevos gastos de mecanización y fundición.
- Suprimir los ensayos de estanqueidad intermedios.
- Aumentar la productividad.
- Alcanzar una alta rentabilidad
LA SOLUCIÓN
Considerar la impregnación como una fase más, dentro del proceso de fabricación de las piezas.